jueves, 9 de junio de 2016

La ley del karma, causa y efecto

Hay mucha diferencia entre admirar y ser un ser egoísta. A veces hay personas que destacan por encima de los demás, incluso quienes provocan simpatía y buenos sentimientos. Si lo tomas bien, estas personas podrían motivarte a ser mejor. De lo contrario si el hecho de que a esa persona le vaya mejor que a ti sólo te provoca celos y envidia, toda esa mala energía que proyectas se puede volver contra tu persona.


Todo en la vida tiene su tiempo:

 Todo lo que hacemos ya sea bueno o malo, aquí mismo lo veremos de vuelta hacia nosotros. Sé una buena persona, haz cosas por los demás, no trates mal a nadie aunque se lo merezca; así tu corazón albergará sólo buenos sentimientos y podrás caminar por la vida alegre y sin prisas porque has actuado como un buen ser humano.


El ''universo'' se encarga de devolverte el mal. PERO no de la manera convencional que uno espera.
Si yo te quito un jarro de agua cuando tu tienés mucha sed, no necesariamente la ley de causa y efecto me la devuelve haciendo que alguien me quite un jarro de agua a mí. Puede presentarse de otra manera muy diferente, menor o peor, depende del cúmulo de acciones de karma negativo que tengas. A muchos que aprenden no les sucede nada porque aprendieron del error que cometieron haciéndole mal al otro. Y otros no les sucede simplemente por que el ''universo'' es sabio y sabe que a algunos no se les puede hacer escarmentar. Estos son los que se los castiga con la ignorancia. No es dolorosa, no es una tortura, no duele. Pero es peor que cualquier castigo. Ignorancia es sinónimo de ceguera.



No hable mal de nadie, no haga daño, ni tome venganza aunque crea que tiene derecho. Porque cada uno va a cosechar lo que siembra, sea bueno, o sea malo; pues de este planeta nadie sale vivo... y nadie se va sin pagar. Algunos lo llaman karma, a mi me gusta llamarlo la justicia de Dios. Y aprenda a vivir en paz.